Arraigarse en la quinta dimensión

Anclándome en la quinta dimensión

Me anclo en la quinta dimensión cuando las viejas rutas neuronales dejan de influir en mis elecciones y trasciendo cada sistema condicionado. No dependo de los sentidos ni de los pensamientos aleatorios.

• Cuando permanezco aquí, más allá del frenesí de las impresiones, el amor incondicional llena todas esas dudas.

Mi viaje interno es mi respuesta íntima a Dios.

• Regreso aquí, al centro de mi ser, y dejo de creer en esas fantasías que oscurecen lo verdadero.
• Descubro la Verdad en lo que es ahora y no necesito luchar contra mis antiguas convicciones, simplemente las dejo ir.
• Aparto la atención de los estados momentáneos y desaparezco de las historias que me ponen a prueba.
• No necesito reportarme a la tercera dimensión como un niño obediente atrapado en los miedos extraídos de oscuros cuentos sobre la vida.
  

Descubro mi verdadero Poder y permanezco en mi Corazón,
constante, porque cualquier otro lugar evoca desilusión.
Lo que me invita desde lo más profundo ya está escuchado
y realizado sin el menor esfuerzo.
Cualquier presión de la mente la devuelvo de inmediato y me quedo en el gozo silencioso de este momento, que es sin causa.

Me anclo más allá de cualquier duda
y estados momentáneos de dispersión.
Dejo de proyectar mundos llenos de limitaciones
y me elevo con la ligereza de entregarme a estos Planes Divinos.
Agradezco por todo lo que me guía con Amor hacia la Verdad.

Lo que es temporal se irá, lo eterno permanecerá. Soy.